Un viaje a Mongolia en busca del alma del autismo
http://www.horseboymovie.com/trailer.html
Imagen del documental. (Foto: Sundance Institute AP)
Actualizado miércoles 28/01/2009 01:32 (CET)
MARÍA VALERIO
MADRID.- A Rowan Isaacson le diagnosticaron autismo cuando tenía dos años y medio. Sus padres, Rupert y Kristin, se encontraron de pronto frente a un trastorno desconocido, misterioso, angustioso. Era abril de 2004 y su hijo dejó de hablar de repente, se encerró en su mundo, con rabietas y gritos que nada ni nadie parecían consolar; "como si le hubiesen robado de repente el alma a Rowan". Hasta que descubrieron su especial relación con los caballos.
Rowan es el protagonista de un documental, 'Over the hills and far away' (una expresión anglosajona que puede traducirse como 'en la distancia'). Una película que estos días ha podido verse en el Festival de cine de Sundance y que ha producido su padre, Rupert Isaacson, con la ayuda de su esposa, la psicóloga californiana Kristin Neff, y el director de cine Michel Orion Scott .
Rupert, un periodista británico implicado también en grupos activistas pro-derechos humanos, había abandonado su afición a los caballos al conocer el diagnóstico. Temía que fuese peligroso para el niño estar cerca de los animales o que estos le hiciesen daño. Hasta que un día, Rowan se escapó de casa, saltó la valla de los vecinos y se sentó entre las pezuñas de un grupo de ejemplares que pastaba por allí. Betsy, la líder de la manada, empezó a rumiar y a pasarle la lengua por la cabeza.
Sus padres no podían creer lo que estaban viendo; como tampoco podrían imaginar que ése sería el comienzo de su nueva vida, de un viaje muy especial en busca del alma robada de Rowan. Desde ese día, mientras cabalgaba a diario con su hijo y volvía a hablar de nuevo con él, el periodista empezó a darle vueltas a una idea en la cabeza: '¿Existe algún lugar del planeta donde se pueda combinar el trato con los caballos y el tratamiento del autismo?'.
Viaje a Mongolia
Su búsqueda les llevó a los tres en un viaje increíble al lugar de la tierra donde los caballos fueron domesticados por el hombre por primera vez; allí donde siguen venerando a la figura del chamán: las estepas de Mongolia.
El viaje a las tierras de Genghis Khan (hasta su capital, Ulán Bator), el contacto de Rowan con los caballos y su relación con los viejos curanderos mongoles es el argumento que va tejiendo el documental; aderezado con las opiniones de numerosos expertos en Psicología sobre el autismo. Como Simon Baron-Cohen (de la Universidad de Cambridge), Roy Richard Grinker (de Washington) o Temple Grandin, una profesora de Colorado (en EEUU) que conoce el autismo en primera persona, pues ella misma padece síndrome de Asperger, una forma leve de autismo.
El documental es un viaje espiritual en el que los Isaacson se descubrirán a sí mismos como individuos, como pareja, como familia. Un viaje en el que aceptarán el autismo de Rowan y asistirán a sus progresos gracias al contacto con los animales. Un viaje entre la aventura y la intimidad; un guiño "a las miles de familia que se enfrentan con creatividad y coraje en la batalla diaria contra esta epidemia misteriosa y desgarradora que es el autismo".
Aunque como Rupert se apresura a aclarar, no se puede decir que el viaje haya curado su autismo. Sí ha cambiado a Rowan, han desaparecido sus rabietas, su propensión a aislarse del mundo y a rechazar todo contacto humano; ha vuelto su sonrisa, han mejorado las manifestaciones psíquicas y psicológicas de la enfermedad, pero como dice su padre, el autismo sigue ahí.
Su vuelta de Mongolia ha dado lugar no sólo a la película, sino también a un libro ('The Horse Boy') y a una fundación que aloja un pequeño centro de equitación en Texas, dirigido a niños como Rowan, con autismo y otras necesidades especiales.
http://www.horseboymovie.com/trailer.html
Imagen del documental. (Foto: Sundance Institute AP)
Actualizado miércoles 28/01/2009 01:32 (CET)
MARÍA VALERIO
MADRID.- A Rowan Isaacson le diagnosticaron autismo cuando tenía dos años y medio. Sus padres, Rupert y Kristin, se encontraron de pronto frente a un trastorno desconocido, misterioso, angustioso. Era abril de 2004 y su hijo dejó de hablar de repente, se encerró en su mundo, con rabietas y gritos que nada ni nadie parecían consolar; "como si le hubiesen robado de repente el alma a Rowan". Hasta que descubrieron su especial relación con los caballos.
Rowan es el protagonista de un documental, 'Over the hills and far away' (una expresión anglosajona que puede traducirse como 'en la distancia'). Una película que estos días ha podido verse en el Festival de cine de Sundance y que ha producido su padre, Rupert Isaacson, con la ayuda de su esposa, la psicóloga californiana Kristin Neff, y el director de cine Michel Orion Scott .
Rupert, un periodista británico implicado también en grupos activistas pro-derechos humanos, había abandonado su afición a los caballos al conocer el diagnóstico. Temía que fuese peligroso para el niño estar cerca de los animales o que estos le hiciesen daño. Hasta que un día, Rowan se escapó de casa, saltó la valla de los vecinos y se sentó entre las pezuñas de un grupo de ejemplares que pastaba por allí. Betsy, la líder de la manada, empezó a rumiar y a pasarle la lengua por la cabeza.
Sus padres no podían creer lo que estaban viendo; como tampoco podrían imaginar que ése sería el comienzo de su nueva vida, de un viaje muy especial en busca del alma robada de Rowan. Desde ese día, mientras cabalgaba a diario con su hijo y volvía a hablar de nuevo con él, el periodista empezó a darle vueltas a una idea en la cabeza: '¿Existe algún lugar del planeta donde se pueda combinar el trato con los caballos y el tratamiento del autismo?'.
Viaje a Mongolia
Su búsqueda les llevó a los tres en un viaje increíble al lugar de la tierra donde los caballos fueron domesticados por el hombre por primera vez; allí donde siguen venerando a la figura del chamán: las estepas de Mongolia.
El viaje a las tierras de Genghis Khan (hasta su capital, Ulán Bator), el contacto de Rowan con los caballos y su relación con los viejos curanderos mongoles es el argumento que va tejiendo el documental; aderezado con las opiniones de numerosos expertos en Psicología sobre el autismo. Como Simon Baron-Cohen (de la Universidad de Cambridge), Roy Richard Grinker (de Washington) o Temple Grandin, una profesora de Colorado (en EEUU) que conoce el autismo en primera persona, pues ella misma padece síndrome de Asperger, una forma leve de autismo.
El documental es un viaje espiritual en el que los Isaacson se descubrirán a sí mismos como individuos, como pareja, como familia. Un viaje en el que aceptarán el autismo de Rowan y asistirán a sus progresos gracias al contacto con los animales. Un viaje entre la aventura y la intimidad; un guiño "a las miles de familia que se enfrentan con creatividad y coraje en la batalla diaria contra esta epidemia misteriosa y desgarradora que es el autismo".
Aunque como Rupert se apresura a aclarar, no se puede decir que el viaje haya curado su autismo. Sí ha cambiado a Rowan, han desaparecido sus rabietas, su propensión a aislarse del mundo y a rechazar todo contacto humano; ha vuelto su sonrisa, han mejorado las manifestaciones psíquicas y psicológicas de la enfermedad, pero como dice su padre, el autismo sigue ahí.
Su vuelta de Mongolia ha dado lugar no sólo a la película, sino también a un libro ('The Horse Boy') y a una fundación que aloja un pequeño centro de equitación en Texas, dirigido a niños como Rowan, con autismo y otras necesidades especiales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario