Delfines en el tratamiento del Autismo y otros trastornos

Delfines dan alivio a niño en el acuario de San Juan de Aragón

Dos delfines tocan con su hocico el cuerpo y la cabeza de Marco Vinicio, un niño de siete años que al sufrir alteración de la migración neuronal no puede moverse normalmente; sin embargo, este pequeño desde su segunda sesión con los cetáceos logró lo que nunca: mover sus piernas. El acuario que se encuentra en el Bosque de San Juan de Aragón es utilizado por la empresa Convimar para dar atención de este tipo a niños, niñas y adultos con problemas como déficit intelectual, síndrome de Down, autismo, epilepsia, trastornos del sueño y trastornos intelectuales. Pero para la psicóloga responsable, Angélica Martínez, la Terapia Neuroestimulante Interactiva con Delfines (TAD) se resume en lo siguiente: “la estimulación del sistema nervioso central para motivar a las neuronas vivas de cada paciente”. De esta forma, las afecciones que se tratan logran poco a poco ser menos severas para quienes las padecen. “Vemos por ejemplo que la TAD tiene logros más notorios en personas que padecen autismo y síndrome de Down, los primeros desde la segunda sesión con los delfines empiezan a interactuar con los que le rodean, es decir, se integran. “Aquellos que tienen problemas para dormir, como puede ser las personas con hiperactividad o déficit de atención, logran tener una mayor cantidad y calidad de sueño”, explicó Angélica Martínez. Marco Vinicio empezó con su terapia de cetáceos cuando tenía dos años; el primero de sus logros fue tener control en sus piernas, el segundo mover el cuerpo y, lo que le falta, dice su madre, Guillermina Torres, es que controle sus esfínteres para que por fin se integre a una escuela especial. “Me han dicho que Marco puede tener mejoría de un 80 por ciento”, señaló la señora. Ayer en el Bosque de San Juan de Aragón, biólogos, psicólogos y médicos mostraron la forma en que trabajan los delfines Xolboh y Byron con niños y niñas con diversos padecimientos; los mamíferos se muestran dóciles, gentiles y juguetones con los pequeños pacientes. Sin embargo, el costo por recibir esta terapia es de 10 mil pesos, lo que lo hace incosteable para muchas familias, de ahí que Convimar llame a las empresas a apoyar cada vez más estos proyectos. Actualmente el TAD es impulsado por investigadores de la UNAM, Conacyt y corporaciones privadas. Tomado de : La Cronica de Hoy J. Huerta.